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>>septiembre (Page 2)

Hablamos de la industria 4.0 como la cuarta revolución industrial. La digitalización está transformando todo a un ritmo vertiginoso. Y para ello todos los agentes implicados, empresas, ciudadanos y administraciones públicas, debemos adaptarnos a esta realidad para ser competitivos en este nuevo entorno. No cabe duda de que la digitalización plantea incertidumbres que tendremos que abordar, pero también proporcionará nuevas oportunidades de crecimiento económico y bienestar social que nos permitirá avanzar hacia una sociedad mejor. Tenemos la gran oportunidad de transformar la sociedad, las instituciones y la industria en particular. Esta realidad, unida a nuestras capacidades, nos motiva a impulsar esta

De acuerdo con un estudio de Accenture elaborado para el Foro Económico Mundial, el 73% de los ejecutivos mundiales están convencidos de que el Internet de las Cosas podría cambiar sus empresas, pero sólo un 20% de ellos ha desarrollado un plan estratégico para aprovecharlo. Las empresas que quieran alcanzar el éxito deben capitanear esta transición digital, iniciando un viaje que transformará su modelo de negocio para ganar cuota de mercado y rentabilidad.

En los últimos años, la Industria ha experimentado cambios profundos que impactan en el marco competitivo. Este contexto está marcado por tres grandes tendencias: Movimiento de la demanda hacia los países emergentes y una mayor exigencia de productos más personalizados por parte de los clientes. Abaratamiento y robustez de la tecnología que posibilita nuevos usos y extensión masiva a las compañías. Cambios en los modelos de negocio: Paso de “vender activos” a vender el “uso de activos”

Si tuviésemos que destacar una doble característica de la cuarta revolución industrial, éstas podrían ser la de su potencial y su velocidad. El cambio tecnológico que se está producido en la industria es amplio, profundo y muy rápido: se trata de un cambio que trasciende a los procesos productivos o de fabricación, alcanzando todas las áreas de actividad de la empresa, al uso de la información, a la logística, y a la relación con los proveedores y clientes. El potencial y la velocidad del cambio hacen que, para las empresas, y en especial para las pequeñas y medianas, el disponer de