Una de las inversiones más grandes, por no decir que es la más grande, que hacemos a lo largo de la vida es la compra de una casa y un piso. Tengamos en cuenta que hablamos de un bien que va a ser para toda la vida y en el que vamos a pasar buena parte de nuestro tiempo (y más ahora que mucha más gente que antes trabaja desde casa). Podríamos decir, después de este minianálisis, que la vivienda es una de las compras más importantes que vamos a hacer y no cabe la menor duda de que eso nos obliga a elegir bien qué vivienda y qué lugar queremos para, supuestamente, el resto de nuestra vida.
Soy una de las personas que, durante el año pasado, adquirí una vivienda en propiedad. Teniendo en cuenta cómo se está poniendo la cosa con los precios del alquiler, especialmente desde el inicio de las hostilidades entre Rusia y Ucrania, casi sale más a cuenta meterse en una hipoteca porque la cuota es parecida a la del alquiler y, a fin de cuentas, estás adquiriendo algo que va a ser tuyo y que te va a hacer la vida más fácil y que, sobre todo, no dependas de nadie más. Mi pareja y yo teníamos un dinero ahorrado y tuvimos la enorme fortuna de poder encontrar una vivienda que nos cuadraba para tener la vida que queríamos.
El caso es que pudimos comprar un piso que satisfacía nuestras necesidades y a un precio que, viendo cómo estaban las cosas, era bueno. Lo primero que tuvimos que hacer fue arreglar todos los papeles, que ya sabéis que es una de las cosas que más pereza suele dar. Meterse en una hipoteca equivale no solo a firmar un préstamo, sino también a meterte en un seguro de vida, en un seguro de hogar, en un plan de pensiones, en el pago de la comunidad, el pago del Ibi… No tiene nada que ver con el alquiler, pero es cierto que al menos tienes algo en propiedad y que puedes empezar a construir tu vida de una manera más sólida que antes.
Después de eso, siempre es interesante hacer algunas reformas para que podamos encontrar la vivienda a nuestro gusto cuanto antes. El portal web Fotocasa mencionaba algunas de las que suelen ser más habituales. Vamos a verlas.
- La primera tiene que ver con cambiar la instalación eléctrica y las tuberías.
- Ampliar el espacio destinado al almacenamiento es algo que nos tenemos que plantear siempre.
- Renovar la cocina y los baños es vital porque son los espacios que más se suelen desgastar ya que son los que más se ensucian.
- Renueva las ventanas. Vendrá muy bien para garantizar un mejor aislamiento tanto térmico como acústico.
- Cambiar el suelo es una de las cosas que tampoco se pueden olvidar si vemos que no se adapta a lo que queremos.
- Finalmente, ten en cuenta que es bastante probable que tu nueva vivienda necesite una mano de pintura.
Precisamente de eso último queremos hablar de ahora en adelante, de la pintura. Es lo primero en lo que nos solemos fijar cuando vamos a una vivienda o edificio en el que no hemos estado antes, sobre todo por el hecho de que las paredes ocupan una gran cantidad de metros cuadrados y que pueden llamarnos todavía más la atención en función del color que se haya elegido para decorarlas. Lo normal es que, cuando entramos a vivir en una casa, haga bastante tiempo de la última vez en la que se han pintado las paredes y los techos. Eso era lo que nos ocurría a nosotros en nuestra nueva vivienda. Por tanto, nos teníamos que encargar de este tema.
La verdad es que no teníamos ninguna experiencia previa en la compra de pintura para el hogar. Lo que teníamos claro era que lo queríamos hacer nosotros para hacerlo a nuestro ritmo y sin ninguna prisa. Tuvimos que hacer un verdadero estudio de mercado para saber qué proveedores podíamos tener y qué tipos de pinturas eran las más propicias para nosotros. La decisión que tomamos fue confiar en Artespray, especializada en ofrecer pinturas y resinas de poliéster con peróxido, que también necesitábamos, porque además nos ofrecía pintura ideal para el exterior de la vivienda e incluso antihumedad, lo cual es básico para garantizar su durabilidad y la buena imagen de nuestro nuevo hogar.
Después de eso, nos pusimos manos a la obra y empezamos a usar las pinturas para que nuestra casa quedara al gusto que tenemos. Y la verdad es que fue todo un acierto. Lo hicimos tranquilamente, sin prisas de ningún tipo y fuimos comprobando que la calidad de la pintura era muy buena, que no se iba a desconchar ni a desgastar en cosa de solo unos años. Tengo que decir que la experiencia fue muy buena, mucho mejor de lo que me esperaba en un principio, y que le voy a guardar mucho cariño a esos días que, junto con mi mujer, nos dedicamos a darle color al hogar en el que seguimos viviendo y en el que esperamos permanecer durante toda la vida.
El resultado de nuestro trabajo ha sido realmente estupendo. Estamos contentísimos con cómo ha quedado nuestra vivienda y, ahora que estamos viviendo en ella, podemos decir que tenemos un hogar que se corresponde con lo que nos imaginábamos antes de comprarla y lo que queríamos. La verdad es que esto es muy importante para conseguir un estado de felicidad permanente. La vivienda es una pieza muy importante para eso y nosotros hemos podido comprobarlo en primera persona. Por eso, a quien no se encuentre a gusto con su vida, lo primero en lo que debe pensar es en cambiar de vivienda. Las cosas le pueden dar un giro increíble. Os lo digo por experiencia.
La compraventa de vivienda usada está de moda
Llevamos algunos meses viendo que el mercado de la vivienda, a pesar de darnos disgustos en tanto en cuanto está subiendo el precio prácticamente de manera continua, está marcando récords en lo que respecta al número de compras que en él se realizan. Y lo vienen haciendo desde el punto de vista de la compra de viviendas nuevas y desde el que tiene que ver con la compraventa de viviendas ya usadas. No cabe la menor duda de que son muchas las personas que se han dado cuenta de que la adquisición de una vivienda en propiedad es algo que les sale más a cuenta que un alquiler puesto que estos cada día están más caros.
En una noticia publicada en la página web de Idealista, se decía que el año 2025 iba a marcar récords en lo que tiene que ver con la compraventa de viviendas usadas. Esto quiere decir que, en nuestro caso, nos hemos anticipado a los problemas que eso va a suponer sobre todo en términos de precio y que, además, va a haber mucha gente que pueda encontrar interesante alguna de las cosas que he comentado en relación a la pintura del hogar. Está claro que, si hay tantas personas o familias interesadas en darle una vuelta tan grande a su vida como para comprar una vivienda, el tema de la pintura va a estar de moda más pronto que tarde.
Es evidente que todos y todas queremos una estabilidad para vivir… y que eso solo nos lo puede proporcionar una vivienda en propiedad. Alquilar está bien si eres joven o si no tienes empleo fijo, pero estás expuesto al precio que el casero quiera determinar y a las subidas del precio de la vida, en general. En caso de que adquieras una hipoteca, también puedes encontrarte en esa situación, pero puedes pactar con el banco que la cuota de la hipoteca sea fija, una opción que es inteligente porque, aunque la cuota sea alta, se supone que dentro de un par de décadas va a seguir siendo la misma mientras que el sueldo que percibís va a crecer.
Este que hemos comentado al final del párrafo anterior es el motivo por el que va a continuar creciendo la compraventa de viviendas usadas en España durante los próximos años, no solo a lo largo del curso en el que nos encontramos. Además, tened en cuenta que España tiene un gran problema de vivienda en el momento actual: no hay vivienda para toda la gente que la demanda, especialmente en las grandes ciudades, donde todo el mundo se va agolpando sin remisión, dejando una estampa en la que en las ciudades cada vez hay más gente y en los pueblos se respiran aires de abandono total.
Lo importante es que, con independencia de cuál sea la ciudad o municipio que hayáis elegido para residir, tengáis una vivienda en propiedad que se ajuste a lo que vosotros queréis, a lo que sepáis que os va a hacer felices tanto a vosotros mismos como al resto de vuestra familia. Eso es lo único que cuenta y lo que va a determinar si sois felices o si os va a costar más de lo que pensabais serlo.