El vino necesita oxígeno para abrirse y desarrollar todos sus sabores. Por eso es importante decantarlo antes de servirlo. Esto no solo realzará su sabor, sino que también prolongará su duración.
Si hay un objeto útil para el amante del vino, es el decantador. Por tres razones principales.
La primera, para airear un vino tinto joven y permitir que se exprese plenamente. El vino se sirve aproximadamente media hora antes de servir. La influencia del aire en el vino será muy significativa para mejorar su calidad. ¿Y por qué no para los blancos, que necesitan respirar después de haber pasado unos meses, a veces años, en botella? Es ideal para realzar el brillo, la luminosidad, los matices dorados, los reflejos verdes o los matices ámbar de una añada venerable.
La segunda, que a menudo era la única que se consideraba, se asocia con la decantación. Esta operación consiste en verter cuidadosamente el contenido de la botella en la jarra, con sumo cuidado de no mezclar el sedimento, que debe quedar en el fondo. Esta operación se realiza con una fuente de luz, como una vela, para comprobar la transparencia del vino al pasar por el cuello.
La tercera, y no menos importante, es el simple placer de admirar el color de un vino blanco de algunos años y la capa de los tintos.
Podríamos añadir a estas tres razones, la idea de que el decantador puede añadir un toque de distinción a un vino procedente de una botella metálica con tapón de rosca. Sin embargo, la decantación tal vez no sea ideal para ciertas añadas de champán. Existe el riesgo inevitable de una reducción de la efervescencia. En este caso, es una decisión que hay que aceptar.
Algunos consejos de los profesionales Giona, donde puedes comprar vinotecas pequeñas online: el uso del decantador para airear un vino suele mejorarse con el uso simultáneo del embudo de tres o cinco orificios. También será importante conseguir un escurridor de decantadores, útil para evitar roturas y necesario, ya que es fundamental enjuagarlo bien después de cada uso. ¿Para limpiarlo? Agua caliente, sin jabón. Si se colorea por el paso de los vinos, añadir un puñado de sal gruesa, un poco de agua y agitar bien; luego, enjuagar tres veces en lugar de una.
La elección del decantador
Hoy en día, se pueden conseguir hermosos decantadores de cristal a precios asequibles. Pero, como con toda la vajilla, lo más sencillo suele ser lo más bonito, ya que es el vino, sobre todo, lo que se quiere destacar. Dado que una de las principales razones para comprar este artículo es oxigenar el vino, un decantador lleno debe ser lo suficientemente grande como para dejar espacio libre. También hay que considerar su facilidad de manejo; los decantadores bonitos no caben en la mano y, peor aún, gotean, manchando el mantel.
¿Cuánto tiempo antes de servir?
El vino es un producto natural que debe manipularse con cuidado. No debe exponerse al aire, la luz solar ni el calor excesivos, ya que esto puede alterar sus cualidades organolépticas.
Un decantador es un recipiente ideal para el vino, ya que permite su óptima conservación. Lo protege de las agresiones externas y, al mismo tiempo, lo pone en contacto con el aire, lo que permite que el vino se airee y desarrolle todos sus aromas. Además, permite servirlo a la temperatura adecuada y en las mejores condiciones.
Las ventajas del decantador de vino
El vino es un producto delicado que requiere una preparación y un consumo cuidadosos. Un decantador es una herramienta útil que ayuda a preservar las cualidades del vino y realzar su sabor.
De hecho, colocar el vino en un decantador permite decantarlo, es decir, separar las partículas sólidas del líquido. Esto mejora la calidad del vino, haciéndolo más claro y límpido. Además, el decantador puede ayudar a revelar los aromas del vino y hacerlo más agradable de beber.
¿Por qué se debe poner el vino en un decantador?
El vino es un producto delicado que requiere un cuidado especial durante su almacenamiento y elaboración. Uno de los pasos importantes para conservar todas sus cualidades gustativas es decantarlo antes de servirlo. Descubramos las razones.
En primer lugar, debes saber que el vino necesita oxigenación. De hecho, al almacenarse en botella, no puede oxigenarse y sus aromas quedan atrapados. Por el contrario, al colocarse en un decantador, el aire puede circular, permitiendo que el vino desarrolle todos sus aromas. Esto, por lo tanto, es una verdadera ventaja para el sabor del vino.
Además, decantar el vino ayuda a eliminar sus impurezas. El vino puede contener partículas en suspensión, como residuos de levadura o taninos. Estas impurezas pueden alterar la calidad del vino y perjudicar su sabor. Eliminarlas mejora su sabor.
Finalmente, el vino debe servirse a la temperatura adecuada para su pleno desarrollo. Sin embargo, al almacenarse en botella, puede retener el calor del sol o del ambiente, lo cual no es ideal para su conservación. Por el contrario, al colocar el vino en un decantador, se puede regular fácilmente su temperatura y así disfrutar plenamente de su sabor.
Por lo tanto, decantar el vino antes de servirlo ayuda a conservar todo su sabor y aroma. Es un paso sencillo pero esencial para disfrutar plenamente del vino.
Las desventajas del decantador de vino
El vino es un producto delicado que requiere un cuidado especial al manipularlo y servirlo. El vino puede deteriorarse fácilmente al exponerse al aire y al calor, lo que puede afectar su calidad y sabor. Un decantador ayuda a proteger el vino de estas condiciones adversas manteniéndolo fresco y protegido de la luz.
Sin embargo, poner vino en un decantador tiene algunas desventajas.
En primer lugar, el decantador no puede evitar que el vino se deteriore por completo; solo puede retrasar este proceso. Además, si el vino permanece en el decantador demasiado tiempo, puede adquirir un sabor amargo. Por último, es importante tener en cuenta que los decantadores no siempre son fáciles de limpiar y, en ocasiones, pueden incluso alterar el sabor del vino si no están perfectamente limpios.
El decantador, un recipiente de doble uso para el vino
El decantador es un recipiente de doble función que mejora la calidad del vino protegiéndolo de las agresiones externas a la vez que le permite “respirar” y abrirse a la degustación.
Los decantadores suelen estar hechos de vidrio, lo que los hace ligeros y frágiles. Sin embargo, algunos decantadores están hechos de cerámica o cristal, que son más resistentes, pero también más pesados y frágiles que el vidrio.
Los decantadores de vidrio tienen la ventaja de ser transparentes, lo que permite ver el vino y garantizar su limpieza y conservación. Los decantadores de cerámica o cristal suelen estar decorados, lo que puede ser una ventaja para la presentación del vino.
El decantador protege el vino de las agresiones externas como la luz, el calor o las vibraciones.
De hecho, el vino es muy sensible a la luz y al calor, por lo que puede deteriorarse fácilmente si no se conserva en un lugar fresco y oscuro. Además, las vibraciones pueden alterar el sabor del vino y favorecer su oxidación. Finalmente, el decantador ayuda a filtrar impurezas como polvo o partículas de corcho que puedan encontrarse en el vino.
El decantador también permite que el vino respire y se abra para su degustación. De hecho, el vino necesita oxígeno para abrirse y desarrollar todos sus aromas. Cuando el vino se almacena en una botella herméticamente cerrada, no tiene acceso al oxígeno necesario y, por lo tanto, puede deteriorarse rápidamente. Por el contrario, cuando el vino se vierte en un decantador, se expone al aire y, por lo tanto, puede oxigenarse lentamente, lo que favorece su apertura y el desarrollo aromático.
En conclusión, el decantadores un recipiente muy práctico y de doble uso para mejorar la calidad del vino. Lo protege de las agresiones externas, a la vez que le permite respirar y abrirse a la degustación.
¿Cuándo y cómo decantar un vino?
Poner un vino en un decantador es un paso esencial, pero aún así es necesario saber cuándo y cómo hacerlo para obtener todos sus beneficios.
¿Qué vinos debo decantar?
No todos los vinos requieren decantación. A continuación, se indican algunos casos en los que se recomienda:
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Vinos jóvenes y tánicos La aireación ayuda a suavizar los taninos y revelar sus aromas.
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Vinos tintos potentes: Algunos vinos estructurados como el Burdeos o el Syrah ganan en redondez con una buena oxigenación.
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Vinos con sedimentos: Los vinos viejos pueden contener sedimentos que es mejor separar antes de servir.
¿Cuánto tiempo antes de servir?
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Vinos jóvenes y tánicos: 1 a 2 horas antes de la degustación.
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Vinos blancos o ligeros: 30 minutos son suficientes para airearlos ligeramente.
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Vinos viejos: Decantar justo antes de servir para evitar una oxidación rápida.
Decantar un vino no es solo una cuestión estética, sino una mejora en la experiencia de cata. Al adaptar esta práctica a cada tipo de vino, optimizamos sus sabores y equilibrio en boca.